JOHN BERGER (Londres 1926 / Antony 2017)
Trobar-nos amb el John Berger en el nostre camí, ha sigut un dels regals més fèrtils que ens ha ofert la vida. Llegir-lo, escoltar-lo, parlar amb ell durant els àpats, a l’estudi…observar-lo observant, a punt de precipitar un riu de paraules estimulants i provocadores era sempre motiu de reflexió, amor i somriures.
Vàrem començar la nostra relació amb John a través de l’espectacle Atrás los ojos (2002) mitjançant algunes cartes i diferents textos que ens enviavem per correu. Però no es fins el 2004 que no ens vàrem veure per primera vegada. A partir d’aquell moment hem col·laborat amb ell en diferents espectacles: Testimoni de llops, He visto caballos i Tots els noms.
Al llarg de tots aquests anys, fins que ens va deixar al gener del 2017, hem treballat junts en diferents projectes, enregistrant la seva veu per algunes peces audiovisuals, els seus textos i la seva veu a l’exposició inmersiva Refugi i per la edició del llibre Swimming Horses.
El llegat de John és inmens per tothom que l’hagi llegit, escoltat o conegut.
I seguim treballant amb ell, amb la seva veu i les seves paraules, que ressonen sovint en llocs inesperats. Com en l’espectacle On Goldberg Variations/Variations, on ens deixa la seva veu, acompanyant la música de J. S. Bach.
CARTA DE COMIAT DE PEP RAMIS I MARÍA MUÑOZ
Querido, querido John
Te sorprendería saber cómo han sido los últimos dos días en nuestras vidas. Apenas hace unas horas te escribíamos un mensaje de año nuevo, como solíamos hacer, por teléfono. No respondiste. Llegamos a casa desde las montañas la tarde del uno de enero y encontramos expectante a la burra que había parido una preciosa cría que, desgraciadamente, no había sobrevivido. Aún así, la belleza de esa criatura era extraordinaria. Podías sentir el filo finísimo entre la vida y la muerte. Una vida de apenas unas horas.
Hoy nos llega la noticia de tu partida. Noventa años de vida apasionada y generosa, dedicada a dar voz a los que no la tienen, a dar luz a las pequeñas cosas, a acompañar la mirada de una pregunta, a escuchar.
Te acercabas para escuchar. Buscabas el contacto para entender, como si quisieras aprehender al otro. Y tu manos, siempre tus manos, agarraban el antebrazo, abrazando, interrogando con esos ojos de gato salvaje y con esa sonrisa cómplice. Son muchos los momentos compartidos junto a un vaso de vino, en torno a una mesa de trabajo donde nos leías tus últimos escritos aún por terminar, donde surgían ideas entorno a otras ideas, palabras que desencadenaban imágenes, imágenes que desembocaban en palabras.
Siempre fuiste un alma joven, un puente generacional entre el antes y el ahora. Hablabas de los muertos y de los vivos como comunidades que se necesitan y se complementan. Siempre los tuviste en cuenta. Ahora eres parte de esa orilla de la humanidad, John. Estás en el otro lado. Quizá estés todavía en camino, no sabemos cuán lejos está la otra ribera. Aquí, en este lado, nos dejas huérfanos de tu voz cálida y cercana que cortaba finamente la conciencia como un buen cuchillo corta el pan. Una voz que nos ha ayudado a preguntarnos por este lugar difícil y apasionante llamado mundo. Has atravesado el que seguramente haya sido el siglo más convulso de nuestra historia, viendo como se encarnaba la contradicción de los hombres, capaces de crear ingenios maravillosos y de no dejar jamás de estar en guerra. Te posicionaste siempre junto a los que luchaban con determinación por su causa, en Palestina, Chiapas, con los Black Panters, con los campesinos, hablaste dando siempre espacio a la mujer, percibiendo a través de la mirada de tu madre.
Te seguiremos leyendo, te seguiremos queriendo, seguiremos pensando que ha sido maravilloso conocerte a ti y a los tuyos. Y nos seguiremos preguntando: que pensaría John, cómo lo haría?
Que tengas buen camino hacia la otra orilla. Quizá no podrás ir en moto, como te hubiera gustado, pero puede que te encuentres con una preciosa burra que seguro querrá saber cómo llegar al otro lado. Nosotros iremos dentro de un tiempo. Mientras tanto, te imaginaremos sonriendo y abrazando a los que encuentres a tu paso.
Buen viaje, John.
2 de enero 2017
Pep Ramis-María Muñoz/MAL PELO